sábado, 27 de noviembre de 2010

My Eternal Angel- Parte II



Capítulo II.- Sugestiones

Chiba Nippo Press

Kanto, Noviembre del 2010. Año 8 N° 51.

“El hospital psiquiátrico Kabukiza se incendia inesperadamente”.

El antiguo sanatorio mental de Yokohama fue completamente destruido por las llamas hace unas semanas, siendo un civil el descubridor de este hecho. Solamente quedaron los restos carbonizados de lo que antes eran sus cimientos. El lugar estaba tan aislado que se consumió casi en totalidad sin que nadie pudiera darse cuenta; se cree que las fuertes lluvias acabaron que él, por lo que no fue necesaria la intervención de los bomberos. La policía no ha podido confirmar exactamente lo que produjo este inesperado suceso, ya que el sitio estaba permanentemente deshabitado. También se reportó que hubo dos muertos en aquel edificio. Los forenses confirmaron que se trataba de un ex convicto: Beyond Birthday, también conocido como el asesino serial B. B. de los Ángeles; y Aiko Erizawa, de nueve años de edad. El oficial en jefe, Sakamoto Kitamura, nos da una entrevista detallada de este acontecimiento…

«Mal; qué mal. Como siempre, los medios de comunicación se enteran de lo que está frente a sus narices demasiado tarde. Esto sucedió hace un mes, y sale en la imprenta hasta ahora.»

El universitario cierra el periódico. Ya lo había devorado por completo hacía varias horas, pero aún le gustaba recorrer con la vista el artículo de Yokohama. Recuerda que cuando lo leyó por primera vez, no cabía en sí de gusto al contemplar cómo las palabras “Beyond Birthday” y “muerto” quedaban tan bien en una oración. Lo deja en su mesa de estudio, mientras comienza a cambiarse para descansar.

— ¿Ya te vas a dormir? —inquiere Ryuk, observando a su compañero.

—Creo que la pregunta es muy obvia…

—Los humanos son divertidos —el ser sobrenatural observa el periódico que había hojeado Light hace unos momentos—. Les encanta difundir cualquier cosa, sin importar si tienen datos fiables o no.

— ¿A qué te refieres con eso?

—Nada en particular.

El shinigami vuelve a revolotear en el cuarto, soltando pequeñas risas que sólo irritaban a Light. Este se acuesta en la cama, tapándose hasta la cabeza. De alguna forma, a pesar de saber que ya no corría peligro, sentía como si tuviera una pequeña espina en el cerebro. ¿Era que aún tenía miedo de ser Kira?

No. Eso no era. De alguna manera temía por Ryuzaki, pero no estaba seguro de por qué se sentía así. Quizás temía que él mismo se lastimara.

«Tan sólo necesito relajarme…»

(Light.)

(Light… ¿Puedes oírme?)

— ¿Mhm?

—Light, despierta.

El sueño, que parecía droga en sus ojos, le impedía observar quién llamaba.

—Vine sólo para verte…

Aquella voz difusa, susurrante y cautelosa como el sonido de una serpiente, continuaba insistiendo con extraña pasividad. Abre los párpados con pesadez, sin poder distinguir demasiado en la penumbra nocturna que aplastaba su habitación. Sin embargo, a los pocos segundos sus pupilas consiguen apreciar los contornos de su misterioso visitante, y en cuanto logra reconocerlo, casi da un brinco sobre el mullido acolchonado.

—R-Ryuzaki… ¿Pero cómo…?

—Shhh… —coloca su dedo pálido y frío sobre los cálidos labios ajenos, mostrando una faceta lúgubre, pero hipnótica—. ¿Qué prefieres: vagas explicaciones, o el contacto denso y tan esperado?

—N-no logro entenderte… ¿De qué estás hablando?

— ¿Por qué no te permites complacer a tu cuerpo en lugar de asediar tu mente cada vez que sucede algo que no puedes comprender? —Se posiciona sobre el cuerpo tenso, como pantera acechando a su presa—. ¿Por qué no dejas que la pasión que está inerte dentro de ti te posea?

— ¡Porque nada de esto es normal! ¡No sé cómo entraste a mi habitación, ni por qué estás actuando así! ¿¡Cómo esperas que…!? —una mano entrometida hace contacto sobre su entrepierna, arrancándole un gemido que deleitó los oídos del azabache como miel pecaminosa.

—Sabes que lo deseas…

La fruición era tan seductora como el cigarrillo a un fumador, y Light lo sabía, desistiendo a todo raciocinio. Tras unos segundos de duda, abalanza sus labios, chocando contra los contrarios fogosamente, mientras ciñe la pequeña cintura entre sus inquietas falanges. Como un dependiente, apega más su cuerpo al otro, dejándose caer en el catre. El joven de tez casi cadavérica desprende aquel sediento contacto para recorrer aquel cuello atezado con ansias, dando mordiscos como un vampiro hambriento. Yagami permanece pasivo, extasiado; sentía el hálito sobre su piel como brasas a la máxima potencia. Sin embargo, aquellos dientes cobran más fuerza, clavándose en su esternón. Ahoga un grito, al tiempo que el otro joven cambia su ánimo al igual que un felino meloso.

— ¿Tú me quieres, verdad?

Light ni siquiera tenía que pensar en la respuesta.

—Te amo más que a mi vida, Ryuzaki… —los labios ajenos se posan suave y sensualmente en su oído, estremeciéndolo. Pero en lugar de ser besado en aquella parte tan sensible, como esperaba, unas palabras salieron lentamente de aquellas frías comisuras.

—Si tanto me amas… déjame matarte.

Al instante siente cómo algo filoso corta su pecho de un solo movimiento, dejando brotar su cálida sangre. Se arquea al instante, elevando la vista para poder observar a L. Más sin embargo, aquellos ojos oscuros habían desaparecido. En su lugar se encontraban dos enormes pupilas color carmín, que presenciaban aquel espectáculo con desdén y vileza. Inmensas y estrepitosas carcajadas comienzan a oírse, resonando en toda la extensión donde se encontraban.

—Tú… tú no eres Ryuzaki…

— ¿A que no adivinas? ¿Quién soy, Yagami-kun?

—Eres…

Una sombra aparece justo al lado de quien parecía ser B, casi fusionándose con él. Otro pelinegro exactamente igual; el verdadero detective. Más sin embargo poseía una mirada cargada de odio y resentimiento, que se clavaba en él con la misma potencia que una bestia enjaulada. Sombra y ente vuelven a reír como si de un coro tétrico se tratase, pareciendo espejos. Uno mismo, y al mismo tiempo separados.

— ¿Qué le has hecho a Ryuzaki?...

—Lo que tú y yo le hemos hecho, Light —vuelve a provenir una risa sombría de la garganta del ¿etéreo? asesino—. Quien sabe… podrías presenciar pronto su transformación. Cuando sea igual a mí…

— ¡No te atrevas a comparar a Ryuzaki contigo! ¡Nunca será como tú!

—Oh, claro que sí. L y yo somos indivisibles. Soy su alma, y pronto también su cuerpo. Te lo dije antes, ¿Lo recuerdas?...

— ¡Cállate! ¡Tú estás muerto; eres sólo una pesadilla!

— ¿Lo soy, Light? ¿Apostarías tu vida por esa seguridad y verdad en tus palabras?

— ¡Yo sé que lo estás! ¡Te vi morir! ¡Apareció en los periódicos! ¡Estás muerto, muerto!

—Muerto, muerto… Repites sin cesar esa palabra. Una y otra vez, una y otra vez

—Sé que nada de esto es real, ni lo será. Y no te tengo miedo, porque creo en lo que vi…

— ¿Y qué viste? ¿Me viste incinerarme con tus propios ojos? ¿Observaste cómo mi piel se carbonizaba, volviéndose un montón de tejido arrugado y oscuro? ¿Viste mis huesos corroerse por el fuego hasta que no quedara nada de mi ser?

—N-no… pero sé que moriste aquél día… ¡Lo sé; yo lo sé!

— ¿Crees en las palabras impresas de un simple papel que se vende masivamente a las personas? ¿Eres igual que el resto de los humanos, dejándose llevar y acatando ciegamente lo que les imponen en sus mentes?

Nada que decir. Light no tenía nada que decir ante aquello. Tan sólo sentía la locura rodeándolo en aquella oscuridad aplastante; la sangre corriendo de su pecho herido, el olor del óxido invadiendo el lugar donde se encontraba, las risotadas entremezcladas de ambas personas escalofriantemente iguales, mientras sentía como perdía el conocimiento en aquel infierno.

(No puedes escapar, Light… voy a encontrarte…)

El castaño despierta bañado en sudor, con la respiración agitada, mientras sostenía las sábanas fuertemente. En menos de un segundo, lleva una de sus manos directamente a su pecho, queriendo parar esa hemorragia de la que se da cuenta, segundos después, es inexistente.

«Una pesadilla…» su corazón parecía haberse detenido ante aquel distorsionado sueño «. Estoy enloqueciendo…»

Se incorpora por completo, dirigiéndose al baño para poder darse una larga ducha. Las refrescantes gotas de lluvia caen sobre su agitado cuerpo, haciendo un vano intento por deshacer esa sensación que aún lo asediaba.

«Tan sólo fue un mal sueño» se recrimina así mismo «. Sólo estoy nervioso por el hecho de que no termino de asumir que Beyond y Kira están muertos.»

Mentira. Todo era una farsa. Kira no estaba muerto. Y el miedo lo invadía. Sabía que Mello, Near y Matt no pararía hasta encontrar la verdad. Por más que él negara los hechos, sabía que aquellos adolescentes seguirían hurgando en el caso hasta dar con él. Y había varios factores que no pasarían desapercibidos, como las reglas falsas; en especial la de los trece días…

—La regla de los trece días. La regla especifica que la persona que comienza a escribir en una Death Note debe seguir haciéndolo, o morirá después de trece días exactos.

Near sostenía el cuadernillo maldito. Aquél que había robado vidas con tan sólo plasmar tinta sobre sus hojas. Juguetea con las hojas, pasándolas traviesamente por sus largos dedos. Mello monitoreaba las celdas de la prisión de Estados Unidos, buscando al conejillo de indias indicado. Matt revisaba los videos de vigilancia de la casa de Misa Amane, quien al parecer no hacía nada fuera de lugar.

—Lo probaremos con Paul King —murmura Mello, aún sin despegar su vista de la pantalla donde visualizaba el mar de rostros de reos—. Es un convicto cuya ejecución está programada dentro de trece días. Haremos que escriba algún nombre en la libreta, y si sobrevive… ¿Qué haremos con él? ¿Igual lo mataremos, no?

—Lo menos que podemos hacer es dejarlo absuelto de la ejecución —responde Near de forma impasible.

—Es una buena idea —apoya Matt, dejando aún lado el teclado de la enorme computadora.

Continúan anotando datos, haciendo deducciones, preparando estrategias para poder desenmascarar a Kira. Una hora después, cierto castaño entra a la sala de investigaciones, mostrando una expresión serena que muy a sorpresa, ocultaba el mar interno de emociones confusas que aún conservaba por su bizarra noche.

—Buenos días —saluda Light como de costumbre—. ¿Cómo van con la investigación?

—Podría decirse que no hemos avanzado mucho… —responde el pelirrojo como si de un partido de fútbol estuviese hablando.

—Hmm; disculpen si molesto —hace amago de retirarse; obviamente con la intención de ir a ver a Ryuzaki.

—No necesitas entablar charla con nosotros si no lo deseas, Yagami —la voz mecánica de Near lo hizo voltear—. Puedes entrar las veces que quieras para poder ver a L sin que tengas que mirarnos siquiera. Recuerda que las instalaciones son libres también para ti ahora que no eres un sospechoso…

Light hubiera podido jurar que Near cambió el tono de su monótona voz al hacer énfasis en su reciente “libertad”, pero decide no demostrar su asombro, asintiendo y retirándose escaleras arriba para ver al detective.

«Aún sospecha de mí» piensa turbado, abriendo la puerta correspondiente.

Recorre con la vista el cuarto, adivinando que probablemente el azabache se encontraría en el sillón. Y efectivamente, allí estaba. Tan autista como siempre.

—Has venido de nuevo… —sisea L, evitando hacer el más mínimo contacto visual.

—Y lo seguiré haciendo —se acerca para sentarse al lado del inglés, con falsa impavidez—. Aunque me “aborrezcas” con toda tu alma…

L deja salir una media sonrisa torcida, estremeciendo a Light. Esa sonrisa que le recordaba a Beyond, restaurando su pesadilla con toda nitidez.

«Olvídalo. Olvídalo…» observa las paredes, sintiendo como si estas dieran vueltas alrededor de él con lentitud «. Te estás obsesionando con esto…»

Toma una taza de té que había allí, intentando dar un sorbo al cobrizo líquido; más sin embargo al observar de reojo al azabache, advierte unos reflejos carmesí en las pupilas ajenas, soltando precipitadamente la bebida y rompiendo el recipiente. L se sobresalta, confundido por el estado en que Yagami se encontraba.

— ¡Light! ¿Te encuentras?...

Calla abruptamente, ampliando los ojos ante aquel gesto instintivo por su parte. El hijo de Soichiro también lo observa atónito. El tono de voz del detective había sido el de alguien preocupado, tono que hacía tiempo había dejado de utilizar. Yagami se limita a recoger cuidadosamente los restos de lo que antes era una taza, yéndose a la cocina en silencio. Momentos después, regresa al lado del azabache, obsequiándole una mirada profunda e inquisidora. Ante esto, Ryuzaki se limita a evadir aquellos ojos marrones, logrando capturar con sus oscuras pupilas la sangre que escurría levemente por uno de los dedos del menor. Se abstiene de pronunciar sonido alguno, pero su mirada clavada en aquella falange herida provoca que Light le sonría, acariciando suavemente su desordenado cabello.

—No te preocupes. Estoy bien.

El joven inglés lo observa angustiado, sin darse cuenta que el rubor en sus mejillas lo traicionaba. Con sus sentimientos en total descontrol, guarda silencio ante aquella respuesta por parte de su compañero.

« ¿Por qué?... ¡Yo ya no siento nada por él! ¿Por qué aún sigo actuando como un estúpido en su presencia?...» aquellas dedos masajeando sus cueros cabelludos aún no se detenían, brindándole un sentimiento extraño y confuso. Provocándole placer, deseando inconscientemente que aquellas caricias no se detuvieran «. Detente. No me toques con esas manos tan cálidas. Tú no eres así; no quiero que juegues conmigo…»

Light suelta un suspiro, divisando al frente. Esperaría tal y como lo prometió. Lentamente, lentamente sus esfuerzos comenzaban a apreciarse. Y esperaría hasta al final.

Desgraciadamente, no todos contaban con el tiempo del mundo para poder pensar las cosas.

—Dame mermelada de fresa.

—Acabas de terminarte un frasco hace cinco minutos.

— ¡Cállate y dame más!

Molestia. Impotencia. Inutilidad. Todo eso, aunado al hecho de que era prácticamente atendido por una escuincla. Beyond continuaba anclado en esa cama sin poder hacer algún movimiento que aún no le causara dolor a su cuerpo. Aunque el daño era menos, se sentía tan inservible como un anciano. Anhelaba tanto que L aún estuviera retorciéndose de dolor y que sus heridas aún siguieran robándole quejidos.

—Toma.

Ni siquiera supo el momento en que Fujiwara había salido y entrado de la habitación. Sostenía un nuevo frasco de jalea, esperando impasiblemente. Beyond lo toma con prepotencia, como si aquella acción le provocara un repugnante dolor de muelas.

— ¿Cuándo se supone que veré a tu padre?

—Hoy tuvo que ir a una reunión por cuestiones de trabajo. Pero probablemente mañana esté listo. Después de todo, tus heridas ya están un poco mejor.

El asesino se permite soltar una sonrisa cínica, mostrando un aire tan ufano como si fuera el propio dueño de aquel sitio.

« ¿Acaso es tan estúpida? ¿Qué no sabe que en cuanto me sienta mejor me largaré de aquí?» destapa el frasco de vidrio, manchando su índice con la pegajosa sustancia, mientras comienza a degustarla con su boca, al igual que un chiquillo sin modales «. No tengo que rendirle cuentas a nadie.»

Un gruñido sale de lo más hondo de su garganta. Se gira, comprobando que Samara aún continuaba ahí, empeorando aún más su voluble ánimo.

— ¿Acaso piensas observarme hasta que termine de comer?

—Mi obligación es cuidarte.

—No necesito que una muerta viviente me mantenga. Lárgate o me enojaré en serio.

Aquella muñeca autista se limita a obedecer, sin mostrar un ceño fruncido, o lágrimas ante el insulto. Como si todo lo que dicho a su persona le diera igual.

« ¿Qué demonios le sucede? Cualquiera me hubiera dado un puñetazo, o por lo menos, se habría ido con los sentimientos heridos u ofendidos. No sé si tenerle lástima o reírme por lo idiota que es.»

Unta un poco más de jalea entre su falange índice, reflexionando cómo pudo ella averiguar su nombre. Era imposible saberlo, o al menos eso creía él.

«En el momento en que me encontró no pudo saber quién era. Además, no creo que nadie estuviera enterado de la situación en que estaba. También sabía de mis ojos shinigami, y eso es algo que ni siquiera L sabía…» sus ojos se dilatan, tal cual hubiera hecho una persona ante un descubrimiento asombroso «. ¿Podría ser que… también posee ojos shinigami? Pero si así fuera, tendría que tener una Death Note a su disposición, y en su caso, habría tenido que hacer el trato con un shinigami. ¿Es que ha caído otra Death Note al mundo humano?» parpadea con pesadez, como si incluso hacer eso lo cansara «. Si ese fuera el caso… ¿Por qué daría alguien tan joven como ella la mitad de su vida para algo tan inútil? ¿Acaso alguien así de pequeño desea ya probar el sabor de matar a sus enemigos?» sus labios se curvan maliciosamente, complacido de que aquella suposición fuera cierta «. La humanidad se pudre… cada vez más. Me gusta. »

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¡Hi! Lo sé, ¡he resucitado! xDDD

Lamento la gran, GRAN demora .__. pero realmente ando muy hueca con los fanfictions… He tenido unos cuantos problemas familiares, muchos estudios, y mi cabeza daba vueltas en la edición de videos, en los dibujos, etc… (ok, estoy divagando n.n´)

Además, estoy pensando mucho en dejar mis fanfics para concentrarme en mis propias historias, ya que deseo publicar un libro (algún día, pero quiero lograrlo xDD). Lo sé, otra vez estoy divagando -.-´ así que realmente espero me disculpen por esperar tanto DDD:

Espero que hayan disfrutado el segundo capítulo =3 compréndanme, no puedo avanzar a la acción así de rápido TT-TT, pero espero estas 8 hojas les hayan gustado mucho n.n, el L anda ya medio sensiblón (?)

Pronto quizás suba un dibujo de alguna escena de este fanfic, y puedan checar esos garabatos que algún día quiero perfeccionar para llegar a hacer un cómic xDD

En fin, mis mejores deseos a ustedes lectoras, que me han seguido con mucha paciencia, Se cuidan mucho, y espero me comenten su opinión, crítica o duda con algún review =)

¡Byonara! ;D

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